Dos momentos imborrables de Pablo Aimar en la Copa Argentina

Las únicas presentaciones del enganche en el certamen integrador fueron relevantes para el cierre de su carrera brillante. Su debut se produjo en 2015, durante uno de sus dos partidos en el efímero regreso en River; tres años después, regresó del retiro para despedirse en el club de sus orígenes, Estudiantes de Río Cuarto, y compartir equipo con su hermano Andrés.
Fue la frutilla del postre para los hinchas formoseños que disfrutaban, por primera vez, de la presencia de River por la Copa Argentina. El Millonario ya estaba ubicado en las Semifinales de la Libertadores y, en el cierre del semestre, se estrenaba en una nueva edición del torneo integrador con una victoria por 2-0 sobre el humilde Liniers de Bahía Blanca, representante del Torneo Federal B. Juan Kaprof, autor del segundo tanto (Ramiro Funes Mori había abierto el marcador), recibía una estruendosa ovación en su salida al minuto 60. ¿Su rendimiento había generado una inesperada ilusión en los fanáticos? No, el reconocimiento era para el ingreso de Pablo Aimar.
Surgido de las inferiores de River, debutó en agosto de 1996 y contribuyó en la conquista de seis títulos previo a su partida a Valencia de España. Además, maravilló desde su talento, habilidad y capacidad de conducción. Conformó un cuarteto brillante de ataque con Ariel Ortega, Javier Saviola y Juan Pablo Angel que fue denominado “Los Cuatro Fantásticos”. Su única cuenta pendiente era la Libertadores y, por este motivo, optó por regresar en el inicio de 2015 para aportar su experiencia. Los inconvenientes físicos que lo habían castigado desde mediados de 2012 reaparecieron apenas iniciado su segundo ciclo en el Millonario. Una operación en el tobillo derecho en febrero retrasó su debut al 31 de mayo, en un triunfo contra Rosario Central. Tres días después, ingresó media hora en la mencionada victoria sobre Liniers. “Si tengo algo que decir, es valorar el respeto con el que nos trataron desde la llegada al hotel. Fue impresionante”, reconoció, emocionado, en los instantes posteriores.
La ausencia en el plantel que disputaría las instancias decisivas de la Libertadores (finalizó como campeón) y la continuidad de sus molestias derivó en el retiro. Aquella jornada en el estadio Antonio Romero parecía su despedida. Sin embargo, transcurridos prácticamente tres años, decidió cumplir un último sueño: vistió la camiseta de Estudiantes de Río Cuarto, equipo en el que comenzó su etapa formativa. La presencia de su hermano Andrés era un aliciente importante y la oportunidad de clasificar al Celeste al cuadro principal de la Copa Argentina aparecía como la motivación.
Ausente en la derrota por 2-1 en San Francisco, Aimar apareció como enganche en un 4-3-1-2 ofensivo impuesto por Marcelo Vázquez en la revancha ante Sportivo Belgrano, correspondiente a la Primera Fase eliminatoria A. El estadio Ciudad de Río Cuarto lucía repleto y, entre los asistentes, se destacaba la figura de Marcelo Bielsa, técnico que lo consolidó como titular en la Selección. A los diez minutos, en una señal del destino, encontró una ocasión de empardar la serie: dominó la pelota hacia su mejor perfil y, desde la medialuna del área, probó con un remate de media distancia. Federico Cosentino se estiró para desviar la pelota y le impidió generar un estallido supremo en las tribunas. Sin modificaciones en el marcador (finalizaría igualado), fue reemplazado por Bruno Sepúlveda cuando se habían disputado cinco minutos del complemento. El reconocimiento del público fue la última imagen de un verdadero ícono del fútbol moderno.
LOS PARTIDOS DE PABLO AIMAR EN LA COPA ARGENTINA: una victoria y un empate.
Edición 2014-2015 (River)
River 2 - Liniers de Bahía Blanca 0 (32avos de Final)
Edición 2018 (Estudiantes de Río Cuarto)
Estudiantes (RC) 0 - Sportivo Belgrano 0 (vuelta de la Primera Fase eliminatoria A)