Segunda Copa nacional en dos años para Lanús

Fundado en 1915, el Granate aguardó hasta la conquista de la Copa Bicentenario de 2016 para quebrar el maleficio en certámenes de este estilo. El triunfo frente a River le garantizó adjudicarse la Supercopa Argentina y sumar el sexto trofeo en su historia.
Actualmente en Olimpia de Paraguay, Brian Montenegro vivió su instante de gloria en Lanús con su definición agónica que le dio el triunfo ante Racing y la consagración en la Copa Bicentenario de 2016, su primera conquista en Copas nacionales. Ya sin el atacante paraguayo, pero con la mayoría del plantel y bajo la conducción de Jorge Almirón, el Granate transitó otra jornada épica en un certamen de estas características: goleó por 3-0 a River y sumó la Supercopa Argentina.
Un partido trabado y con escasas situaciones para convertir precedió a un lapso final de 20 minutos sublimes de Lanús, que abrió el resultado con una definición de Lautaro Acosta, uno de los máximos ídolos en la historia de la institución (comparte con Maximiliano Velázquez, también titular en la definición disputada en el estadio Ciudad de La Plata, el liderazgo en cantidad de títulos en el club con cinco); amplió la diferencia con un cabezazo del ingresado Nicolás Pasquini, rueda de auxilio permanente en el sector izquierdo de la defensa o del mediocampo; y selló la victoria de la mano de su goleador José Sand, que le convirtió de penal al equipo donde realizó las inferiores y debutó como profesional.
La Copa Conmebol de 1996 fue la primera proeza del conjunto situado en la zona Sur de la provincia de Buenos Aires. Debió transcurrir una década infructuosa hasta la consagración del Torneo Apertura 2007, con definición en el mítico estadio Alberto J. Armando. Posteriormente, llegaron la Copa Sudamericana 2013 y, ya en el ciclo de Almirón, los títulos en el Campeonato de Primera División y la Copa Bicentenario del año pasado, con un desenlace similar al de la Supercopa Argentina: triunfos ante rivales de jerarquía e historia como San Lorenzo, Racing y River, respectivamente, para escribir nuevas páginas en el libro dorado de la historia de Lanús.